¡ROBOTS AL MANDO! LA IA Y SU EMOCIONANTE MISIÓN DE TRANSFORMAR LA RESOLUCIÓN DE RECURSOS ADMINISTRATIVOS
INTRODUCCIÓN
La revolución de la Inteligencia Artificial (IA) está tocando a la puerta de la administración pública, prometiendo transformar la forma en que se resuelven los recursos administrativos. Pero, como todas las revoluciones, no está exenta de desafíos. ¿Es posible una administración pública automatizada? ¿Cómo podemos garantizar que los procesos impulsados por la IA sean justos y transparentes? Y lo más importante, ¿pueden los sistemas de IA realmente entender y manejar la complejidad de los recursos administrativos? En este artículo, nos sumergiremos en el fascinante mundo de la IA en la administración pública, explorando tanto su enorme potencial como los desafíos que debemos superar para hacer de este sueño una realidad. ¡Prepárate para un viaje hacia el futuro de la resolución de recursos administrativos!
CIBER REVOLUCIÓN: AUTOMATIZANDO A LOS RECURSOS ADMINISTRATIVOS
¿Te sentirías más confiado si supieras que el recurso administrativo que vas a presentar ante una entidad pública será resuelto por IA?. O, ¿preferirías saber que siempre existe un ser humano tras la decisión final?. Lo primero podría representar la evaluación justa entre la norma y los hechos, la valoración objetiva de argumentos y pruebas, y la eliminación de sesgos en el desarrollo de los recursos administrativos. Si la administración pública fuera capaz de crear una herramienta de IA con las normas y procedimientos determinados en Código Orgánico Administrativo, además de la normativa propia que regula la actividad de la entidad pública, se le presentara el problema y se indicaran las argumentaciones de las partes, ¿Podría resolver de manera justa?. La primera respuesta que viene a nuestra mente es: sí!
El uso de la inteligencia artificial en el desarrollo y resolución de recursos administrativos puede traer grandes ventajas: i) Optimización de recursos; ii) Acelerar trámites; iii) Soluciones objetivas; todas ellas considerando que estos sistemas tienen la capacidad de procesar de una manera acelerada un gran volumen de información, identificar patrones y tomar decisiones basadas en algoritmos y datos previos. Esto podría significar una reducción significativa en el tiempo de espera para los ciudadanos ecuatorianos que buscan justicia administrativa.
Existen actualmente numerosas herramientas de inteligencia artificial para abogados: desde lectores de contratos, sistemas de seguimiento de casos, hasta servicios “on line” para reclamaciones; todas ellas con un único propósito: facilitar el trabajo legal. Esta es la verdadera revolución de la tecnología legal. La inversión en sistemas tecnológicos para abogados ha superado los USD 28 000 millones de dólares en el 2022, demostrando que es posible “digitalizar” el mundo jurídico. Para dimensionar el asunto, se han creado plataformas de análisis de documentos como Everlaw, de Investigación Jurídica como Ross Intelligence, e incluso de Análisis Judicial como Ravel, que ahorran toneladas de trabajo y que permiten obtener resultados más precisos.
Entonces, ¡A unirse a la revolución tecnológica!. Es posible contar con una herramienta que permita tener certeza en la toma de decisiones objetivas y justas y que permita a la ciudadanía recobrar la confianza en la administración pública; que mejor si pudiera ser desarrollada en Ecuador para ecuatorianos. De esta manera podemos encontrar, en un futuro cercano, un poderoso aliado para los funcionarios públicos, no solo debido a la enorme carga de tiempo que se ahorraría, sino por el cumplimiento exacto de plazos y términos. ¡Adiós al silencio administrativo!
¿EL APOCALIPSIS DEL SERVIDOR PÚBLICO?
Ahora bien, ¿Es posible aplicar los sistemas de IA sin que pensemos inmediatamente en un final catastrófico en el que las máquinas reemplacen al hombre o que, en el peor de los casos, quieran exterminarlo? Vaya futuro! Lo cierto es que podemos dejar esos finales para las películas o series apocalípticas. La IA no se ha creado para reemplazar al ser humano sino para ayudarlo en sus tareas diarias. En el caso de los funcionarios públicos no es diferente.
Quienes en algún momento hemos tenido la oportunidad de trabajar en el sector público sabemos lo demandante que son las tareas cotidianas, pero además las tareas de administración, de talento humano, de planificación, que aunque no son propias de todos los cargos, nos ha tocado cumplir. Ahora, si esas acciones que puede parecer que restan tiempo a lo importante, pueden automatizarse, no sería beneficioso para generar espacio para lo realmente urgente o necesario?
El trabajar con inteligencia artificial requiere además de la supervisión humana. El contar con estas herramientas de apoyo no significa si ésta arroja una resolución a un recurso el funcionario público simplemente la descarga y firma. No se trata de trabajar a través de la IA sino con base en ella. Este concepto no es ajeno en la esfera judicial. Existen casos en Japón y en Colombia, en los que los jueces han utilizado inteligencia artificial para resolver; en China se ha experimentado con “tribunales de internet” que utilizan la IA para ayudar a procesar un gran volumen de casos, especialmente aquellos relacionados con el comercio electrónico, los derechos de autor y otros asuntos relacionados con la internet; en Estonia se usan “jueces robot” para resolver pequeñas disputas en tribunales de menor cuantía; y, en Estados Unidos ya se usan sistemas de IA como abogados en casos simples.
¿Debemos alarmarnos? No. Es importante destacar que estos sistemas de IA no reemplazan a los jueces humanos, sino que actúan como una herramienta para ayudar a los sistemas judiciales a lidiar con la gran cantidad de casos. Aunque la IA puede analizar datos y patrones, todavía depende de los humanos para las decisiones finales, especialmente cuando se trata de interpretar la ley y tomar decisiones que tienen un impacto significativo en la vida de las personas.
Recordemos que el 23 de noviembre de 2021, la Organización de las Naciones Unidas para la Cultura, las Ciencias y la Educación (UNESCO), desarrolló el documento denominado: “Recomendación sobre la ética de la inteligencia artificial”, cuyo objetivo es generar un marco normativo aceptado mundialmente que permita la aplicación práctica de la IA en servicio de la humanidad. Destacan, en sus lineamientos: i) el valor de protección a los derechos humanos y dignidad humana; ii) el principio de seguridad y protección; iii) el principio de derecho a la intimidad y protección de datos, iv) de transparencia y explicabilidad; y, v) el principio de supervisión y decisión humanas. Este último de gran relevancia, ya que supone que siempre se deberá contar con una persona física o entidad jurídica existente, a quien se le pueda atribuir la responsabilidad ética y jurídica en cualquier etapa del ciclo de vida del sistema de IA; pues, indica que: “(…) un sistema de IA nunca podrá reemplazar la responsabilidad final de los seres humanos y su obligación de rendir cuentas.”.
Y es que no solo se trata de sistematizar datos, pues aunque pueda ser de mucha ayuda, la complejidad de ciertos casos requieren de la intervención humana para analizar y establecer una balanza que permita tomar decisiones acertadas. Entonces dejemos de preocuparnos por ser reemplazados y empecemos a integrar aquello que puede mejorar nuestro trabajo. Capacitarnos como ciudadanos y como funcionarios públicos en el uso de IA dejó de ser una visión distante para convertirse en una necesidad.
INTELIGENCIA ARTIFICIAL: MODO ON
Es innegable que la inteligancia artificial ha llegado para quedarse; y no solo eso, sino que evoluciona a pasos agigantados. La función pública y la administración pública no pueden quedarse atrás. Si bien existen desafíos significativos en Ecuador -especialmente los aspectos legales y éticos en uso de IA-, La Ley de Protección de Datos Personales establece normas estrictas sobre el uso y procesamiento de los datos personales, que deben ser rigurosamente seguidas por cualquier sistema de IA. Además, la toma de decisiones por parte de la IA debe ser transparente, justa y explicada claramente, para cumplir con los principios de buena administración enunciados en la Constitución del Ecuador y las leyes aplicables. Por lo tanto, se requiere un delicado equilibrio entre la innovación tecnológica y el respeto por los derechos fundamentales y las normas legales.
¡ROBOT AL RESCATE!
Y así, amigos lectores, llegamos al final de nuestra montaña rusa de la automatización. ¿La inteligencia artificial puede transformar la resolución de recursos administrativos? ¡Pues claro que sí! Pero no lancemos aún a todos los abogados y funcionarios públicos al ruedo del desempleo, la IA es brillante, pero todavía necesita una mano humana para conducirla. Por ahora, es como un superhéroe en entrenamiento, llena de potencial pero necesita de su mentor humano para guiarla. En otras palabras, sí, la IA está cambiando el juego, ¡pero no va a sustituirnos! ¡Así que abogados y funcionarios públicos, respiremos aliviados y unámonos a este viaje emocionante hacia el futuro de la resolución de recursos administrativos!